miércoles, 10 de junio de 2009

Bartimeo

Marcos 10:46-52
Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo –Bartimeo, un mendigo ciego– estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!». Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten piedad de mí!». Jesús se detuvo y dijo: «Llámenlo». Entonces llamaron al ciego y le dijeron: «¡Ánimo, levántate! Él te llama». Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». Él le respondió: «Maestro, que yo pueda ver». Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

Quiero hacer énfasis en unas partes de este hecho de la vida publica de Jesús...
Jesús se detuvo y dijo: «Llámenlo». Entonces llamaron al ciego y le dijeron: «¡Ánimo, levántate! Él te llama».
También quiero destacar esta parte de la lectura. “Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él.”
resalto la frase arrojando su manto, para comprender que es el manto en esta historia.
El manto no solo era parte de la vestimenta, en este caso era Todo para los mendigos , su seguridad, refugio para los días a soleados, lluvia para el frío de las noches, en otras palabras su posesión mas valiosa, que dependía hasta su vida de ella.

Jesús va de camino, recorriendo las ciudades dando a conocer la Buena nueva, cuando oye que , cuando la gente acompañaba a Jesús, iba haciendo un gran ruido pues iban hablando cantando, Hablando de Jesús, pero en medio de esa muchedumbre alguien empezó a gritar “¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!”, era Bartimeo!! que a pesar de sus limitaciones no dudo en clamar, y aun que lo callaban el mas fuerte gritaba...
cuanta veces nos gritamos y gritamos clamando un gracia de Dios, pero al primeras reprensiones de las situaciones de la vida(problemas), nos callamos y no seguimos gritando como ese ciego?
Y en otras no nos callamos sino que Gritamos más...pero cuando nos dicen “«¡Ánimo, levántate! Él te llama», ya nos quedamos sentados por temor de soltar nuestro manto!!, ese manto que hoy nos impide ir hacia El, puede ser ... todo eso que nos aferra y no nos deja ir donde Jesús, todas las posesiones que tenemos como nuestra Soberbia, orgullo, nuestra baja autoestima o peor aun nuestra autoestima que nos ciega y pensamos que no necesitamos nada de nadie, hasta cuando comprenderemos que no solo basta Gritar si no que también hay que ser como Bartimeo “ Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él.”
Dejemos todo aquello que nos aferramos arrojemos ese manto que nos “cubre”, y de un salto vayamos hacia el Señor!!
ya dejemos de cobardías “Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad”(2Tim 1:7 ), ahora es el momento de levantarnos dejando ese manto, y cubrirnos con el manto del Señor (salmo 91:1).
es tiempo que nuestra “FE”, comience a mover esas montañas y empecemos a confiar en Jesús como debe ser...con todo nuestro Corazón, no importa cual sea nuestro manto arrojemoslo y de un Salto!!, no de dos o tres, tampoco nos pongamos a contar a la una, a las 2 y a las 3!!
de una vez y por todas, te aseguro que no te arrepentirás, pues el nos cubrirá bajo sus alas y confortara y nos dará la fortaleza.
quiero invitarte a que así como yo y muchos mas que éramos como Bartimeo, Gritamos y cuando nos dijeron Animo el te llama arrojamos ese manto y le seguimos, es tu turno que arrojes tu manto y bayas don de El. Como puedes hacerlo es sencillo solo comienza con una oración y dejando las cosas en la Caja de CSDPH, (Cosas que Solo Dios Puede Hacer)

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